Siempre para los cumples de mis hijos venían las hijas de los gordos. Y nosotros íbamos of course a los cumples de sus nenas.
Los compañeritos de grado del cole Canto a la Vida están aquí. Este sería el último cumple con ellos pues luego nos mudaríamos a Ballester y JC no los vería más.
Fijate qué lindo que teníamos el PH de mi madre. Había vida, no?
Los criamos rodeados de amor, protegidos de los toxinas de ambas familias, y aunque todos eran bienvenidos, aquí en ésta casa precisamente: no podíamos prohibirle la entrada a nadie de mi familia Vallejos ya que la casa era de mi madre. Así que nos la comimos durante más de 6 años la mojada de oreja, tirándonos a matar a nuestra familia, a nuestra papitud, a nuestro proyecto.